no tengo donde ir
dentro de mí no hay más espacio
todo se llena de músicas que comparto
con vos sin saberlo
pero están ellos los recuerdos
además
desborrados que nacen todos los instantes
nacen en cada orilla de mis dedos
al escribir un verso todavía triste
todavía más triste que esa noche
esa mano que me desnuda el blindado pecho
la mano blindada
el tiempo blindado
la mañana blindada ciega
el pozo abierto sin fondo hasta el desnudo
corazón de la tierra
y en el manto marchito de las flores
pobres avispas pobres lirios
la curva de la vida los abandona
tal vez estamos arriesgándonos a largar la cuerda
o atárnosla en el cuello
(Héctor Ranea Sandoval)
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