Terminaré en los manglares - la voz,
libro que se entreabre -, desnudo,
en un punto medio entre cualidad y sustancia.
Por ahora se nutre de ojos, hogueras,
bajo amplias telas suspendidas, el peso
atado y atada la medida. ¿ En
qué conjetura a esta hora el mercurio celeste,
el diseño terreno? ¿ Quién posee
algo, sino él, al menos en aire,
en semejanza?
(Enciende
y oscurece, el tronco en la corriente,
el metal bajo la tierra, respiran,
no reposan.)
Después,
al extremo de la luz,
a comienzos de la sombra,
se derramará hacia los tallos en la sal,
líquido, casi sueño.
(Carlos Barbarito)
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